La relación que desde mi infancia he mantenido con el medio natural, ya fuesen campos de cultivo o reservas naturales, es uno de los condicionantes que han alimentado mi obsesión ante la idea de paisaje y que no ha hecho, más que ayudar a incrementar mi interés por una experiencia de la naturaleza que se centra en el análisis de las relaciones entre el individuo y su entorno.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Action Field KODRA Festival 2010



El proyecto expositivo Procesos de cambio, viaja a Salónica para participar en el festival que se realiza en el campo militar Kodra http://www.actionfieldkodra.gr/

Cada año reune un numeroso grupo de artistas visuales de todas las nacionalidades, en una importante exposición que se lleva a cabo en el municipio de Kalamaria, en la ciudad de Salónica, en Grecia. 




La serie Procesos de cambio. Habla del tiempo y del espacio, de los procesos de cambio del paisaje, y de la antropización del medio con el ganado doméstico como un recurso más de los que explota.

Tiene que ver con la intención de crear una imagen desconcertante, mirar lo que reconocemos porque lo hemos visto muchas veces pero con otros ojos, es decir; activar esa experiencia dormida de la curiosidad más allá de lo que tenemos asumido, preguntar que tiene de nuevo algo que ya conozco. Por ejemplo la muerte, la reconocemos en muchos lugares y situaciones pero sigue siendo algo desconocido para nosotros, que activa una serie de mecanismos de autodefensa que nos ayudan a asumir nuestro destino trágico. 


En esta serie está presente eso desconocido, como también la muerte y la memoria, algo obvio cuando hablamos de fotografía puesto que ésta es la herramienta de constatación del deterioro, y tiene la capacidad de mostrar el paso del tiempo, en referencia a un lugar o un sujeto, como en el caso de las fotografías de las reses muertas que he ido tomando sistemáticamente a lo largo de un periodo de tiempo concreto y en un determinado lugar. 


 
Pero aunque estas y otras lecturas sean evidentes cuando contemplamos esta serie, donde los elementos que las constituyen son los mismos sujetos pero con variantes cronológicas, lo que se hace indudable es que hablamos de tiempo y espacio: de como transcurren sobre la línea de tiempo que nosotros hemos creado y percibimos como real, unos sucesos, unos procesos que responden a otro tiempo distinto al nuestro, no sufren de nuestras velocidades sino que siguen otras ecuaciones temporales.




La pretensión de esta serie, lejos de una recuperación de la naturaleza y del paisaje desde una visión romántica, sería la reivindicación de cierto compromiso con el medio, no como artistas de pertenecientes a un activismo ecológico, sino desde un planteamiento de compromiso personal y actitud respetuosa, enfatizando de la fragilidad del medio, del entorno, relacionarnos más con la naturaleza, a modo de ritual –evitando planteamiento morales superados[1]- para comprometernos con unos valores que nos permitan una actitud sostenible para con el planeta.


[1] Como por ejemplo, el de una naturaleza sabia, ejemplar a la que imitar ya que esto son falacias naturalistas, que se han usado muchas veces para justificar comportamientos o morales conservadoras, modelos como el Darwinismo que ha sido usado numerosas veces como justificación para actitudes reprobables.  Y la iglesia  que también usa de estas falacias naturalistas, con actitudes homófobas justificadas en el comportamiento “natural” de los individuos como criaturas cuyo fin es la reproducción de la especie. Terrenos pantanosos donde no voy a meterme pues no es el tema.


A continuación os dejo las fotografías de la exposición