La relación que desde mi infancia he mantenido con el medio natural, ya fuesen campos de cultivo o reservas naturales, es uno de los condicionantes que han alimentado mi obsesión ante la idea de paisaje y que no ha hecho, más que ayudar a incrementar mi interés por una experiencia de la naturaleza que se centra en el análisis de las relaciones entre el individuo y su entorno.

La mirada

Muchos, si no la mayoría de nuestros conocimientos provienen  de imágenes o se basan en ellas, lo que implica riesgos como la legitimidad o verosimilitud de los documentos gráficos, en concreto; la fotografía. Vemos una gran cantidad de imágenes, y estas se convierten en mediadoras entre el individuo y el medio (mundo). Son imágenes que nos proporcionan vivencias, aunque estas vivencias antes de que existieran las imágenes técnicas, eran reales.

Es aquí donde aparece el aturdimiento ante los sentidos, la imposibilidad de percibir lo real, ya que esta siendo sustituido voluntariamente o por imposición aceptada el artificio que la sociedad por consenso construye y normaliza. Así encontramos en esta visión normalizada del medio, la imagen que esperamos encontrar, evitando la incertidumbre y por ende la amenaza ancestral que nos atormenta al enfrentarnos a todo aquello desconocido, aquello que no controlamos.

La carencia que sufrimos con esto es evidente, las vivencias o experiencias que se pueden obtener a partir de imágenes distan bastante de las que se obtienen de otras reales.

En el caso de la fotografía que hace referencia siempre al “objeto” o “sujeto” fotografiado, el significado de la lectura siempre estará condicionado por la cultura visual individual ya que la calidad de la percepción influye en los resultados y significados, es imprescindible tener “esa cultura visual” (para entender la experiencia). 

Los signos siempre tienen su significado, y aunque es posible que el receptor no lo entienda, no por ello deja de tenerlo; lo que demuestra que aunque la fotografía monopolice la referencia, ésta siempre estará fuera de la fotografía. La imagen simplemente esta limitada porque es un reflejo de lo real, está sujeta al referente. Y no por ello nos dejemos engañar, ya que aquella afirmación, no legitima el acto fotográfico como análogo de lo real.

La fotografía es un vehículo perfecto para crear ilusión, si pensábamos que el arte es artificio, de igual modo afirmaremos que la fotografía es la mejor herramienta para crearlo. Afirmación que se sustenta en la naturaleza falsaria de cualquier representación de la realidad que es transformada por una mirada subjetiva y que por ello esta sujeta a la manipulación que toda expresión construida puede sufrir, que la “maneja” para expresar la elección de un tema o encuadre y no otro, y que por muy objetivo que el ejercicio pretenda ser, la realidad siempre es tocada por el individuo que la mira.